SAN ATANASIO
373 d.C.
2 de mayo
Atanasio, nombre que significa
"inmortal", nació en Egipto, en la ciudad de Alejandría, en
el año 295. Llegado a la adolescencia, estudió derecho y teología.
Se retiró por algún tiempo a un yermo para llevar una vida solitaria
y allí hizo amistad con los ermitaños del desierto; cuando
volvió a la ciudad, se dedicó totalmente al servicio de Dios.
Era la época en que Arrio, clérigo de Alejandría,
confundía a los fieles con su interpretación herética
de que Cristo no era Dios por naturaleza. Para considerar esta cuestión
se celebró un concilio (el primero de los ecuménicos) en Nicea,
ciudad del Asia Menor. Atanasio, que era entonces diácono, acompañó
a este concilio a Alejandro, obispo de Alejandría, y con su doctrina,
ingenio y valor sostuvo la verdad católica y refutó a los herejes
y al mismo Arrio en las disputas que tuvo con él.
Cinco meses después de terminado el concilio con la
condenación de Arrio, murió san Alejandro, y Atanasio fue elegido
patriarca de Alejandría. Los arrianos no dejaron de perseguirlo y
apelaron a todos los medios para echarlo de la ciudad e incluso de Oriente.
Fue desterrado cinco veces y cuando la autoridad civil quiso
obligarlo a que recibiera de nuevo en el seno de la Iglesia a Arrio, excomulgado
por el concilio de Nicea y pertinaz a la herejía, Atanasio, cumpliendo
con gran valor su deber, rechazó tal propuesta y perseveró en
su negativa, a pesar de que el emperador Constantino, en 336, lo desterró
a Tréveris.
Durante dos años permaneció Atanasio en esta
ciudad, al cabo de los cuales, al morir Constantino, pudo regresar a Alejandría
entre el júbilo de la población. Inmediatamente renovó
con energía la lucha contra los arrianos y por segunda vez, en
342, tuvo que emprender el camino del destierro que lo condujo a Roma.
Ocho años más tarde se encontraba de nuevo en
Alejandría con la satisfacción de haber mantenido en alto la
verdad de la doctrina católica. Pero llegó a tanto el encono
de sus adversarios, que enviaron un batallón para prenderlo. Providencialmente,
Atanasio logró escapar y refugiarse en el desierto de Egipto, donde
le dieron asilo durante seis años los anacoretas, hasta que pudo volver
a reintegrarse a su sede episcopal; pero a los cuatros meses tuvo que huir
de nuevo. Después de un cuarto retorno, se vio obligado, en el año
362, a huir por quinta vez. Finalmente, pasada aquella furia, pudo vivir en
paz en su sede.
San Atanasio es el prototipo de la fortaleza cristiana. Falleció
el 2 de mayo del año 373. Escribió numerosas obras, muy estimadas,
por las cuales ha merecido el honroso título de doctor de la Iglesia.