SAN BENITO ANIANE
821 d.C.
12 de febrero
Benito fue hijo de Aigulfo de Maguelone;
servía de escanciador al rey Pepino y a su hijo Carlomagno. A la edad
de veinte años resolvió buscar el Reino de Dios con todo su
corazón. Tomó parte en la campaña de Lombardía,
pero, después de haberse casi ahogado en Tesino, cerca de Pavía,
tratando de salvar a su hermano, hizo voto de abandonar el mundo por completo.
A su vuelta a Languedoc, confirmó su determinación por consejo
de un ermitaño llamado Widmar, y fue a la abadía de Saint-Seine,
a veinticuatro kilómetros de Dijon, donde lo admitieron como monje.
Pasó allí dos años y medio aprendiendo la vida monástica
y llegó al dominio de sí mismo por medio de severas austeridades.
No satisfecho con guardar la regla de San Benito, practicaba
otros puntos de perfección que encontró prescritos en las reglas
de San Pacomio y San Basilio. Cuando el abad murió, los hermanos estaban
dispuestos a elegirlo para que lo substituyera, pero no quiso aceptar el cargo,
porque sabía que había monjes que se oponían a todo
lo que fuera reforma sistemática. En 821 murió tranquilamente,
en Inde, a la edad de setenta y un años. Grande como era la energía
e influencia de San Benito de Aniane, hay que admitir que su plan para una
revolución pacífica de la vida monástica no pudo ser
llevado al cabo como él había proyectado.