SAN CARLOS DE SEZZE
6 de enero
Nació en 1620 en el pueblo italiano
de Sezze. Un día una bandada de aves espantó a los bueyes que
Carlos dirigía cuando estaba arando, y estos arremetieron contra él
con grave peligro de matarlo. Cuando sintió que iba a perecer en el
accidente, prometió a Dios que si le salvaba la vida se haría
religioso. Y milagrosamente quedó ileso. Pidió entonces a unos
religiosos franciscanos que le ayudaran a entrar en su comunidad y ellos lo
invitaron a que fuese a Roma para que hable con el superior de la congregación.
Así lo hizo junto con tres compañeros más y tras ser
probados con en la humildad tratándolos con mucha dureza, el superior
accedió a admitirlos.
Ante el pedido de muchas personas que le pedían incesantemente que
redactáse algunas normas para orar mejor y crecer en santidad, el santo
publicó un folletín causándole diversas difucultades
por lo que casi es expulsado de su comunidad. Humillado se arrodilló
ante un crucifijo para contarle sus angustias, y oyó que Nuestro Señor
le decía: "Ánimo, que estas cosas no te van a impedir entrar
en el paraíso". La petición más frecuente del hermano
Carlos a Dios era esta: "Señor, enciéndeme en amor a Ti". Y
tanto la repitió que un día durante la elevación de la
santa hostia en la Misa, sintió que un rayo de luz salía de
la Sagrada Forma y llegaba a su corazón. Al fin los superiores se
convencieron de que este sencillo religioso era un verdadero hombre de Dios
y le permitieron escribir su autobiografía y publicar dos libros más,
uno acerca de la oración y otro acerca de la meditación.
El Papa Juan XXIII lo declaró santo en 1959, porque su vida es un
ejemplo de que aún en los oficios más humildes y en medio de
humillaciones e incomprensiones podemos llegara un alto grado de santidad
y ganarnos la gloria del cielo.