SAN FÉLIX IV
526-530 d.C.
El día en que Teodorico había prometido a los herejes
arrianos todas las iglesias católicas de Ravena, el rey godo falleció repentinamente.
Amalasunta, la reina regente, reinó manteniendo buenas relaciones con Roma.
Para evitar los choques que acompañaban la elección del nuevo Papa,
Félix designó a su sucesor, medida que indispuso a los partidarios del emperador,
que designaron en el acto un contracandidato. La sabia decisión de Félix
no pudo con la discordia, que se había transformado ya en una tradición.
Fue Félix un Papa constructor. Es de su pontificado la Iglesia romana
de los Santos Cosme y Damián. En el 528, San Benito de Nursia fundó el convento
de Monte Casino. Más de 20 Papas iban a pertenecer a la Orden Benedictina.
(Samuel Miranda)