De este Santo hace conmemoración
el Martirologio Romano en este día, con la expresión de que
padeció martirio en la ciudad de Sevilla, en vuya diócesis se
celebra su festividad con rito de segunda clase. Nada consta de la patria,
padres, ni laudables hechos del Santo, porque la injuria del tiempo robó
a la posteridad las actas de este y otros muchos héroes que florecieron
en la nación, en aquellas lastimosas edades en que la ferocidad de
los bárbaros redujo a cenizas los preciosos escritos de una venerable
antiguedad: sólo sí sabemos por el Breviario muzárabe,
según el órden del Padre San Isidoro, que el ilustre diácono
Félix sostuvo con indecible fortaleza los más fuertes combates
contra los enemigos de nuestra santa fe, que quisieron obligarle con exquisitos
tormentos a que sacrificase a los ídolos; pero resistiéndose
a aquella sacrílega maldad con el valor propio de los héroes
cristianos, mereció la corona del martirio en un día como hoy,
a principios del siglo IV según se cree, cuando movieron contra la
Iglesia su cruel persecución los emperadores Diocleciano y Maximiano.