SAN FRANCISCO JAVIER MARÍA BIANCHI
1815 d.C.
31 de enero



   Francisco Javier Bianchi nació en Arpino, en 1743. Arpino formaba entonces parte del reino de las dos Sicilias. El santo hizo sus estudios eclesiásticos en Nápoles y recibió la tonsura a los catorce años. Su padre se opuso tenazmente a que el joven entrara en la vida religiosa, y Francisco Javier atravesó un período de angustioso conflicto entre la voluntad de sus padres y lo que él consideraba como la voluntad de Dios. Finalmente acudió a San Alfonso de Ligorio en busca de consejo, durante una de las misiones del santo.

  Este le confirmó en su vocación y Francisco Javier, venciendo todas las oposiciones, entró en la Congregación de los Clérigos Regulares de San Pablo, más conocidos con el nombre de barnabitas. Probablemente a consecuencia de los esfuerzos que había hecho para superar esa prueba, el santo cayó enfermo y sufrió terriblemente durante tres años. Por fin, logró rehacerse, realizó grandes pro gresos en sus estudios y se distinguió particularmente en la literatura y en las ciencias.

  Fue ordenado sacerdote en 1767. Sus superiores le dieron muestras de excepcional confianza, ya que no sólo le permitieron oír confesiones a pesar de ser muy joven (cosa muy rara en Italia), sino que le nombraron superior de dos colegios, a la vez. Muchos años antes, una de sus penitentes, Santa María Francisca de Nápoles, muerta en 1791, había prometido al P. Bianchi que se le aparecería tres días antes de que él pasara a mejor vida. Este estaba persuadido de que la santa cumpliría su promesa, como sucedió en efecto. San Francisco Javier Bianchi exhaló el último suspiro el 31 de enero de 1815. Fue canonizado en 1951 por Pío XII.
 
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(Samuel Miranda)