SAN GREGORIO DE NAREK
Doctor de la Iglesia
1003 d.C.
27 de febrero
Etimológicamente significa
"vigilante". Viene de la lengua griega. No tendrás mucha idea de
quién fue este santo, nacido en Armenia en el 944 y muerto en Narek,
Turquía, en el 1010. Este joven fue uno de los grandes poetas de
la literatura universal. Sus obras maestras está por aquí
y por allí. Sin embargo, como se conserva "El libro de las oraciones"
nos basta para percatarnos de que en sus 20.000 versos hay materia suficiente
para apreciar su calidad. Era el hijo de Kosroes, obispo de Antsevaltsik.
Desde joven entró en el monasterio de la ciudad, gobernada por Ananías
el Filósofo, tío materno. Una vez que recibió la ordenación
sacerdotal, le dieron el cargo de mayor confianza: la formación de
los novicios o futuros monjes y, al mismo tiempo, la delicada misión
de reformar los conventos.
Este último trabajo le causó muchas enemistades
y hasta persecuciones. Hubo monjes que le acusaron incluso de hereje para
quitárselo de encima. Dios, como siempre, vino en su ayuda. Los obispos,
para borra toda clase de sospecha, enviaron a dos teólogos para ver
si era verdad que Gregorio profesaba alguna herejía. Fueron con un
paté de pichones. Y se decían:<<Si se lo come, es seguramente
hereje>>. Cuando se lo presentaron, Gregorio abrió la ventana,
se sacudió sus manos y dijo al paté frío:<<Iros
a jugar, pequeños amigos, hoy os toca comer veneno. Los pichones
salieron volando por entre los árboles>>.