SAN JOSÉ MARELLO
1895 d.C.
30 de mayo
José Marello, nacido
en Turín el 26 de diciembre de 1844, pasó su infancia en San
Martino Alfieri, cerca de Asti. Su devoción a la Virgen María
fue determinante en su opción y fidelidad a la vocación.
Entró en el seminario de Asti y se trasformó
en el animador de sus compañeros en los propósitos de bien
y de santidad. Con algunos de ellos se unió con un vínculo
de profunda amistad, llevándolos a establecer una regla de vida muy
exigente y a vivirla juntos, como preparación para la ordenación
y para el ministerio presbiteral.
Ordenado sacerdote el 19 de septiembre de 1868, José
Marello ejerció su servicio sacerdotal en la diócesis de Asti,
primero como secretario del Obispo y luego atendiendo las actividades de la
Curia. Se dedicó con celo a las confesiones, a la dirección
espiritual y a la catequesis. Asumió con especial interés la
formación moral y religiosa de la juventud; para los jóvenes
obreros organizó cursos vespertinos de catecismo. Siempre estaba dispuesto
a ayudar al clero de la diócesis en su ministerio pastoral. Se manifestó
sensible hacia los ancianos, haciéndose cargo una Casa de reposo, que
no tenía medios para asistir a los internados.
Trabajó en comprometer al laicado a través de
varias iniciativas católicas que iban surgiendo para sostener la persona
y la acción del Papa en momentos difíciles para la Iglesia.
Al mismo tiempo, sentía un profundo deseo de dedicarse
totalmente a Dios en la Trapa. Su obispo, Mons. Savio, lo disuadió
diciéndole que el Señor esperaba otra cosa de él. Quiso
trasmitir esta aspiración de dedicarse totalmente al Señor proyectando
una nueva Familia religiosa, que hiciera revivir en la ciudad de Asti la
vida religiosa masculina, sofocada por las leyes subversivas de aquel tiempo.
El 14 de marzo de 1878 fundó la Congregación
de los Oblatos de San José, proponiéndoles como modelo a San
José en su relación íntima con el Hijo de Dios y en
el cuidar los designios de Jesús . A sus Oblatos, Sacerdotes y Hermanos,
encomendó de modo particular la difusión del culto a San José,
la formación de la juventud y la ayuda ministerial a las Iglesias
locales.
Durante el Concilio Vaticano I, el Cardenal Joaquín
Pecci tuvo ocasión de apreciar las dotes y virtudes del joven sacerdote
José Marello, que acompañaba a su Obispo como secretario. Elegido
Papa el Cardenal Joaquín Pecci, con el nombre de León XIII,
lo nombró Obispo de Acqui, convencido de haber dado a esta Diócesis
una "perla" de Obispo.
Habiendo tomado posesión de la diócesis, el nuevo
Obispo José Marello se hizo presente en todas las parroquias con las
visitas pastorales. Se mostró cercano a todos, preocupándose
en unir los corazones entre el clero y los fieles. En su actividad pastoral
promovió el catecismo, la educación cristiana de la juventud,
las misiones, el testimonio cristiano.
Murió el 30 de mayo de 1895 en Savona, donde había
ido, no obstante sus precarias condiciones de salud, para tomar parte en las
celebraciones del tercer centenario de San Felipe Neri.
Manteniéndose después de su muerte la fama de
su santidad, testimoniada con numerosas gracias obtenidas, se iniciaron los
procesos informativos. El 28 de mayo de 1948 se introdujo la Causa de Beatificación
y el 12 de junio de 1978, en presencia del Papa Pablo VI, se leyó el
decreto sobre la heroicidad de sus virtudes. Juan Pablo II lo proclamó
Beato en Asti el 26 de septiembre de 1993, presentándolo a los Pastores
del Pueblo de Dios, a sus Oblatos y a los fieles, como ejemplo y modelo de
caridad hacia todos, y de incansable y silenciosa labor en favor de los jóvenes
y de los marginados.
Con un decreto solemne del 18 de diciembre del 2000, el Santo
Padre Juan Pablo II declaró que "ha sido probado el milagro obrado
por Dios por la intercesión del Beato José Marello, Obispo de
Acqui, Fundador de la Congregación de los Oblatos de San José:
es decir, la curación improvisa, completa y duradera de los niños
Alfredo e Isila Chávez León, sanados ambos simultáneamente
de broncopulmonía con fiebre alta, disnea y cianosis en pacientes con
desnutrición crónica".
Después del reconocimiento de este milagro el 13 de
marzo del 2001, en el Consistorio ordinario público para la Canonización
de algunos Beatos, Juan Pablo II pronunció con solemnidad su decisión:
"Por la autoridad de Dios Omnipotente, de los Santos Apóstoles Pedro
y Pablo y Nuestra, decretamos que... el Beato José Marello... sea inscrito
en el Libro de los Santos el día 25 de noviembre del 2001".