BEATO JUAN DE BRITTO
1693 d.C.
4 de febrero
Beato Juan de Brito, portugués
de ilustre familia, jesuíta en Lisboa, predicador del Evangelio en
la India, y mártir en Marava, 1647-1693. Nadie hubiera reconocido
en él a un jesuita. Ni su indumentaria (una túnica de cuero
amarilla y roja) ni sus costumbres, las propias de un santón hindú,
ni su lengua, que era la de los indígenas de la costa de Malabar,
al sur de la India, era lo habitual en un hijo de san Ignacio. Siempre con
una piel de tigre para sentarse y dormir, viajaba incansablemente por aquellas
regiones discutiendo con los brahamanes, evangelizando y bautizando ("este
año bauticé a cuatro mil"), escribía en vísperas
de su muerte).
Este extraño jesuita que se había hecho hindú
entre los hindúes, como el padre Nobili y tantos otros hermanos suyos
en religión, era de una noble familia portuguesa; nació en
Lisboa hijo de Salvador de Brito Pereira, más tarde gobernador de
Río de Janeiro y del Brasil, fue paje en la corte del rey de Portugal,
como paje del infante Don Pedro. Su fruto es todavía mayor.
A un príncipe de Marava, que pide el bautismo, le exige renunciar
a cuatro de las cinco mujeres que tenía. Una de ellas no se detuvo
hasta conseguir le fuera cortada la cabeza al misionero, el 4 de febrero
de 1693, en Urgur y las fieras devoraron el cuerpo del mártir lanzado
más allá de su debilidad a una gran empresa más alta
y exigente que todas las precauciones que razonablemente necesitaba.