SAN JUAN GRANDE
1600 d.C.
3 de junio
Juan Grande Román nació
en Carmona, Sevilla, España, el sábado 6 de marzo de 1546. Sus
padres fueron Cristóbal Grande e Isabel Román, matrimonio muy
cristiano, y fue bautizado por el párroco Andrés Muñoz.
Su padre, artesano de oficio, falleció cuando Juan tenía 11
años.
Recibió una esmerada educación cristiana, primero
en el seno familiar, y desde los siete años como "niño de coro"
de su parroquia.
Su formación humana y profesional la completó
en Sevilla aprendiendo el oficio de pañero o tejedor. A los 17 años
volvió a su casa y se dedicó al comercio como vendedor de telas.
Poco tiempo después el mismo oficio le hizo entrar en una profunda
crisis espiritual.
Dejó su familia, y se retiró a la Ermita de Santa
Olalla, en Marchena, población cercana de Carmona, donde pasó
un año en retiro, tratando de conocer su verdadera vocación.
Decidió entonces dedicarse totalmente a Dios: dejó su ropa y
se vistió de un hábito de jerga; renunció al matrimonio
y adoptó el sobrenombre de " Juan Pecador".
Inició al mismo tiempo la experiencia de atender a un matrimonio
anciano que encontró en abandono: los llevó a su habitación,
les cuidaba en sus necesidades y pedía limosna para ellos. Con ello
entendió que su nueva vocación era el servicio a los pobres
y necesitados.
Con sólo 19 años, Juan Pecador se trasladó
a la ciudad de Jerez de la Frontera, Cádiz, y empezó una nueva
vida: atendía personalmente a gente necesitada, a los presos de la
" Cárcel Real ", y a otros enfermos convalecientes e incurables, que
encontraba abandonados. Para ayudarles pedía limosna por la ciudad.
Al mismo tiempo frecuentaba la iglesia de los Padres Franciscanos,
donde se recogía para su oración y se aconsejaba con uno de
los Padres.
Juan Pecador era seguido con admiración por los habitantes
de Jerez en su generosa vida de caridad.
En enero de 1574, se generalizó una grave epidemia en
Jerez y entonces dirigió un memorial al Cabildo urgiendo la asistencia
de tantos enfermos tirados por la calle. Él se multiplicaba ante tanta
necesidad, y al fin optó por fundar su propio Hospital, que poco a
poco lo fue ampliando: lo dedicó a la Virgen y llamó de Ntra.
Sra. de la Candelaria.
La razón de ser y actuar de Juan Pecador era Dios expresado
mediante el servicio a los pobres, y sostenido por su intensa vida de fe y
oración.
Tuvo mientras tanto conocimiento de la Institución fundada
por Juan de Dios en Granada. La visitó en 1574 y decidió unirse
a ella, acogiéndose a sus reglas y aplicando en su hospital la misma
forma de vida profesada.
Con su nuevo planteamiento, su testimonio y entrega ejemplar
se derivó el que se le fueran uniendo compañeros, que formó
según " los Estatutos de Juan de Dios ".
Esto le dio oportunidad para ampliar su acción con otras
fundaciones en Medina Sidonia, Arcos de la Frontera, Puerto Santa María,
San Lúcar de Barrameda y Villamartín.
La asistencia a los enfermos más pobres en Jerez dejaba
mucho que desear, mientras se multiplicaban los pequeños centros. Las
autoridades ante ello determinaron la reducción de los Hospitales,
pretendiendo una mayor eficacia hospitalaria; pero la medida lesionaba los
intereses de no pocos, apegados a los centros no tanto por servir a los enfermos,
cuanto por ser medio de beneficios personales. Por eso mismo no habían
de faltar críticas, resistencias y entorpecimientos. La medida también
afectaba al Hospital de Juan Pecador. Él, como los demás, presentó
a las autoridades su "Memorial" sobre cómo se atendía a los
enfermos en su hospital.
Ante la decisión, el Arzobispo de Sevila, Cardenal Rodrigo
de Castro, encargó tan delicada misión a Juan Pecador, como
la persona más apta y mejor capacitada para ello, por su espíritu,
vocación y experiencia en hospitalidad. Juan Grande se enfrentó
a la reducción con valor y amor, y ante los no pocos ni pequeños
sinsabores, demostró su especial sensibilidad, capacidad, buen temple
y no pequeña virtud.
De su Hospital se había presentado el informe de que
la asistencia hospitalaria se cumplía en el mismo "con diligencia,
cuidado y mucha caridad, haciéndose muy buena obra y servicio a Dios
nuestro Señor, porque él y sus hermanos de hábito son
hombres virtuosos y profesan esta caridad de curar los pobres enfermos".
Junto a su intensa vida interior, Juan Pecador se dedicó
en cuerpo y alma a la tarea externa de buscar, cuidar y servir a los pobres
y enfermos, preocupándose por todo lo que entonces era más grave
y urgente: encarcelados, enfermos convalecientes e incurables, mujeres prostituidas,
soldados enfermos desechados, niños abandonados, etc. En verdad, practicó
todas las obras de misericordia.
En Juan Grande vemos a un hombre del bien hacer desde el ser,
poco hablador y eficientemente práctico, servidor misericordioso del
"Evangelio de la Vida", buen samaritano, organizador de hospitales y de la
asistencia hospitalaria, conciencia crítica ante las injusticias, abusos
y carencias. En definitiva, fue un profeta y apóstol de la asistencia
sanitaria.
Contando Juan Grande 54 años y viviendo plenamente dedicado
a su comunidad y al hospital, se presentó en Jerez una terrible epidemia
de peste. Juan se prodigó por todas partes con todas sus fuerzas y
generosidad, pero al fin contagiado, murió el sábado 3 de junio
de 1600.
Fue beatificado en 1853 por Pío IX, y canonizado por Juan Pablo II
el 2 de junio de 1996. Proclamado Patrón de la nueva Diócesis
de Jerez de la Frontera en 1986, sus restos son venerados en el " Santuario
Diocesano San Juan Grande ", en Jerez, en el hospital de los Hermanos de San
Juan de Dios de su mismo nombre.