SAN MARCOS
336 d.C.
Por la muerte del Sumo
Pontífice Silvestre, fue elegido en su lugar y puesto en la silla
de San Pedro, San Marcos, natural de Roma, hijo de Prisco: el cual fue dotado
de grandes virtudes; y aunque vivió con la paz que con el favor
del emperador Constantino tuvo la Iglesia, tuvo que ocuparse en resistir
a los herejes arrianos, que iban multiplicando, y en ordenar todo lo que
para el buen gobierno parecía necesario.
Edificó San Marcos dos templos; el uno en la Via
Ardeatina, a tres millas de Roma; y el otro dentro de la misma ciudad, y
cerca del Capitolio: los dotó de muchas posesiones, y los adornó
de vasos de oro y plata. Concedió al obispo de Ostia que usase de pálio,
por el antiguo privilegio que tiene de consagrar al Sumo Pontífice.
Duróle el pontificado, según San Jerónimo, ocho meses.
El Cardenal Baronio dice que se sentó en la silla
apostólica el 14 de febrero y que murió el 7 de octubre en
que la Iglesia celebra su fiesta, que fue el año 336. imperando
Constantino Magno, y fue sepultado en el Cementerio de Balbina, en la misma
Iglesia que en la Via Ardeatina él había edificado. Y aunque
no murió mártir, es su culto antiquísimo en la Iglesia.
Hállase memoria de un templo de su nombre en uno de los primeros
Concilios de Roma, celebrado en tiempo del Papa Símaco, a fines
del siglo V.