SAN ORENCIO Y PACIENCIA
1 de mayo

Era a mediados del siglo III cuando en la ciudad de Huesca florecían dos personas queridas por todos a causa de que hacían el bien a todo el mundo.

Orencio se casó con una dama acaudalada. Pero no vivieron a lo grande, sino que se entregaron a vivir con los pobres y a socorrerlos en todas sus necesidades. Tuvieron dos hijos (Lorenzo y Orencio) que merecieron el respeto de todos por el grado de virtud que le habían inculcado sus padres.

Paciencia, su mujer, murió y él se quedó muy abatido. Mas una noche, mientras hacía oración, tuvo una visión. Se le apareció un ángel y le dijo: "Toma a tu hijo Orencio y vete al lugar que te mostraré". Cogió a su hijo y se marchó a Tarbes, Francia. Desapareció la luz de sus ojos. Entonces se dio cuenta de que aquel sitio era el idóneo para vivir. Se dedicaba a las tareas del campo.

Cuentan que tenía dos novillos blancos muy indóciles. Cansado de su travesuras, hizo sobre ellos la señal de la cruz, y se convirtieron en mansos. Un día, un lobo le mató un novillo. Al poco tiempo apareció el lobo y se unió a la yunta con el otro. Este hecho está reproducido en la catedral de Zaragoza y de Huesca. A su vuelta a su ciudad, fue muy bien recibido. Al morir, lo enterraron en la capilla de Loret, en donde estaba su mujer sepultada.

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(Samuel Miranda)