SAN PEDRO NOLASCO
1258 d.C.
6 de mayo
Nace en Barcelona, España,
1189. A los 15 años sufre la muerte de su padre y se dispone a repartir
santamente sus muchos bienes a lo que su madre asiente. Años mas tarde,
estando en edad de casarse, peregrina a Monserrat. Allí, a los pies
de la Virgen, pudo comprender mejor el vacío de las vanidades mundanas
y el tesoro que es la vida eterna. Prometió entonces a la Virgen mantenerse
puro y dedicarse a su servicio.
Eran tiempos en que los musulmanes saqueaban las costas y llevaban
a los cristianos como esclavos al Africa. La horrenda condición de
estas víctimas era indescriptible. Muchos por eso perdían la
fe pensando que Dios les había abandonado. Pedro Nolasco era comerciante.
Decidió dedicar su fortuna a la liberación de el mayor número
posible de esclavos. Recordaba la frase del evangelio: "No almacenen su fortuna
en esta tierra donde los ladrones la roban y la polilla la devora y el moho
la corroe. Almacenen su fortuna en el cielo, donde no hay ladrones que roben,
ni polilla que devore ni óxido que las dañe" Mt 6,20.
En 1203 el laico San Pedro Nolasco iniciaba en Valencia la
redención de cautivos, redimiendo con su propio patrimonio a 300 cautivos.
Forma un grupo dispuesto a poner en común sus bienes y organiza expediciones
para negociar redenciones. Su condición de comerciantes les facilita
la obra. Comerciaban para rescatar esclavos. Cuando se les acabó el
dinero forman grupos -cofradías- para recaudar la "limosna para los
cautivos". Pero llega un momento en que la ayuda se agota. Pedro Nolasco se
plantea entrar en alguna orden religiosa o retirarse al desierto. Entra en
una etapa de reflexión y oración profunda.
Intervención de la Virgen para la fundación.
La noche del 1 al 2 de agosto del año 1218, la Virgen se le apareció
a Pedro Nolasco. Según una tradición dudosa, también
se apareció la Virgen a San Raimundo de Peñafort, y al rey Jaime
I de Aragón, y les comunicó a los tres por separado su deseo
de fundar una orden para redimir cautivos.
El hecho es que la Virgen María movió profundamente
el corazón de Pedro Nolasco para fundar la orden de la Merced y formalizar
el trabajo que el y sus compañeros hacían ya por 15 años.
El 10 de agosto de 1218 en el altar mayor de la Catedral de Barcelona, en
presencia del rey Jaime I de Aragón y del obispo Berenguer de Palou,
se crea la nueva institución. Pedro y sus compañeros vistieron
el hábito y recibieron el escudo con las cuatro barras rojas sobre
un fondo amarillo de la corona de Aragón y la cruz blanca sobre fondo
rojo, titular de la catedral de Barcelona. Pedro Nolasco reconoció
siempre a María Santísima como la auténtica fundadora
de la orden mercedaria. Su patrona es La Virgen de la Merced. "Merced" significa
"misericordia".(Mas sobre La Virgen de la Merced y San Nolasco).
La nueva orden fue laica en los primeros tiempos. Su primera
ubicación fue el hospital de Santa Eulalia, junto al palacio real.
Allí recogían a indigentes y a cautivos que regresaban de tierras
de moros y no tenían donde ir. Seguían la labor que ya antes
hacían de crear conciencia sobre los cautivos y recaudar dinero para
liberarlos. Eran acompañados con frecuencia de ex-cautivos, ya que,
cuando uno era rescatado, tenía obligación de participar durante
algún tiempo en este servicio. Normalmente iban cada año en
expediciones redentoras. San Pedro continuó sus viajes personalmente
en busca de esclavos cristianos. En Argelia, Africa, lo hicieron prisionero
pero logró conseguir su libertad. Aprovechando sus dones de comerciante,
organizó con éxito por muchas ciudades colectas para los esclavos.
Los frailes hacían, además de los tres votos
de la vida religiosa, pobreza, castidad y obediencia, un cuarto: dedicar
su vida a liberar esclavos. Al entrar en la orden los miembros se comprometían
a quedarse en lugar de algún cautivo que estuviese en peligro de perder
la fe, en caso que el dinero no alcanzara a pagar su redención. Entre
los que se quedaron como esclavos está San Pedro Ermengol, un noble
que entró en la orden tras una juventud disoluta. Este cuarto voto
distinguió a la nueva comunidad de mercedarios.
El Papa Gregorio Nono aprobó la comunidad y San Pedro
Nolasco fue nombrado Superior General. El rey Jaime decía que si había
logrado conquistar la ciudad de Valencia, ello se debía a las oraciones
de Pedro Nolasco. Cada vez que obtenía algún triunfo lo atribuía
a las oraciones de este santo.
Antes de morir, a los 77 años, pronunció el Salmo
76: "Tú, oh Dios, haciendo maravillas, mostraste tu poder a los pueblos
y con tu brazo has rescatado a los que estaban cautivos y esclavizados". Su
intercesión logró muchos milagros y el Sumo Pontífice
lo declaró santo en 1628.