SAN ROSENDO
977 d.C.
1 de marzo
Este joven vino al mundo en
el seno de una familia acomodada de Portugal y Galicia. Desde que tuvo la
edad suficiente para estudiar, hizo sus estudios profanos y sagrados. Su vocación
estaba marcada por lo religioso. Cuando menos lo esperaba, el pueblo entero,
a los 18 años, lo eligió como obispo para la ciudad de las
peregrinaciones, Santiago de Compostela. No obstante, a pesar de su plena
juventud recién iniciada, dio en todo pruebas de una exquisita madurez
humana y espiritual.
Todos los días predicaba en la santa Misa y, tras la
celebración del encuentro con el Señor, hacía como él:
salir a la calle y preocuparse de los preferidos del Evangelio, los pobres
y abandonados. Eran tiempos difíciles lo que le tocó vivir.
El, huyendo de toda vanidad, se retiró al monasterio de Celanova, clave
de la vida benedictina en aquellos lugares. Lo nombraron abad. En este monasterio
se encuentran los códices en los que se narran sus milagros. Murió
en el año 977. "El tipo más elevado de hombre es el que obra
antes de hablar, y profesa lo que practica" (Confucio).