SAN SIMEÓN DE PERSIA
21 de abril
El glorioso tránsito
de San Simeón, Obispo de Seleucia y Ctesifonte, en Persia, el cual
por orden de Sapor, rey de los persas, siendo preso y cargado de cadenas,
y presentado delante de los inicuos tribunales, como no quisiese adorar al
sol, y con libertad y con gran constancia diese testimonio de Jesucristo,
primero fue atormentado largo tiempo en una estrecha prisión con otros
cien compañeros, de los cuales unos eran Obispos, otros presbíteros,
y otros clérigos de diferentes órdenes; luego después
como Usthazanes, padre nutiricio del rey, el cual habiendo antes flaqueado
en la fe, por la exhortación de San Simeón reducido a la penitencia
hubiese padecido con grande esfuerzo el martirio; al día siguiente
que era Viernes Santo, todos aquellos cienc Compañeros en presencia
de Simeón, quien a cada uno de ellos en particular exhortaba valerosamente
al martirio, fueron degollados, y por último degollaron también
al mismo San Simeón.
Con él padecieron también los esclarecidos varones
Abdecalas y Ananías, presbíteros suyos. A Pusicio, superintendente
de los artífices del Rey, por haber animado a Ananías que titubeaba,
taladránronle el cuello por junto al gaznate, y sacándole por
allí la lengua, padeció una cruel muerte; después martirizaron
también a una hija suya, virgen consagrada a Dios.