SAN SIXTO II
257-258 d.C.
San Sixto, segundo de
este nombre, fue griego de nacimiento y natural de Atenas; y de gran filósofo
vino a ser humilde discípulo de Jesucristo. Siendo diácono
de la Iglesia romana, sucedió al Papa San Esteban en la silla de
San Pedro por los años 257, durante la presecución de Valeriano.
San Sixto es titulado por San Cipriano: prelado pacífico y excelente.
El bienaventurado mártir San Lorenzo, que padeció poco después
de él, viéndole conducir primero a la cárcel, y luego
al suplico, iba tras él quejándose con gran ternura y sentimiento
de que le dejaba atrás.
San Sixto le replicó, que él le seguiría
dentro de tres días con un triundo más glorioso, puesto que
a él se le pedonaban los tormentos por razón de su avanzada
edad. Degollaron a San Sixto por orden del emperador Valeriano, y con él
a los diáconos, Felicísimo y Agapito, y a otros cuatro subdiáconos,
llamados Januario, Magno, Vicencio y Estéfano. Sixto fue sepultado
en el Cementerio de Calixto, y los diáconos en el de Pretextato.
Algunos creen que San Sixto fue crucificado, y Prudencio en sus himnos lo
da a entender; pero la opinión común de todos los escritores
es que murió degollado, como dijimos, y lo notó el cardenal
Baronio. Otros dan ocho años a su pontificado, cuando es cierto, por
las circunstancias todas de su historia, que sólo ocupó la cátedra
un año.