SANTA ÀNGELA DE FULGINO,
Viuda
1309 d.C.
4 de enero
Santa Ángela de Fulgino, en la Umbrìa, de la tercera
Òrden de San Francisco, ilustre en santidad. Murió el 4 de
enero de 1309 en Foligno, Italia, donde había nacido en 1248. Iglesia
Es una de las místicas más famosas que ha tenido la
Católica (se llama mística a la persona que se dedica a la
vida de contemplación y de comunicación con Dios).
En los primeros años de su vida fue una pecadora: orgullosa,
vanidosa, poco piadosa y dedicada a la vida mundana. Se casó muy joven
y tuvo varios hijos. Poseía riquezas, castillos, lujos, joyas y fincas,
pero nada de esto la hacía feliz.
En 1283, cuando ella tenía 35 años de edad, mueren
sucesivamente su madre, su esposo y sus hijos. En medio de la inmensa pena,
Angela va al templo y oye predicar a un franciscano, el Padre Arnoldo, y
durante el sermón se da cuenta de lo equivocadamente que ha vivido.
Hace una confesión general de toda su vida. Se hace terciaria franciscana.
Va en peregrinación a Asís, y San Francisco en una visión
le dice que es necesario hacer dos cosas muy importantes: vender todo lo
que tiene, darlo a los pobres, y… dedicarse a meditar en la Pasión
de Nuestro Señor Jesucristo.
Así lo hace. Lo vende todo, menos un castillo o palacio
que estima muchísimo. Hasta que en una visión oye decir a Cristo
crucificado: "¿Y por amor a tu Redentor no serás capaz de sacrificar
también tu palacio preferido?". Lo vende también y todo el
dinero recogido lo distribuye entre los pobres. Vende todas sus joyas y lujos,
reparte el dinero entre los más necesitados, y se dedica a la vida
de contemplación y meditación en la Vida, Pasión y Muerte
del Señor.
Ha sido llamada la Mística de la Pasión de Cristo.
Y fue tan grande el amor que adquirió hacia la Pasión y Muerte
del Señor, que le bastaba mirar una imagen de Jesús doliente
u oír hablar de su Santísima Pasión para que se enrojeciera
su rostro y quedara como en éxtasis. En visiones se la puede comparar
a Santa Teresa y a Santa Catalina.
Al Padre Arnoldo le dictó su Autobiografía. En
ella dice lo siguiente: "Yo, Angela de Foligno, tuve que atravesar muchas
etapas en el camino de la penitencia o conversión. La primera fue
convencerme de lo grave y dañoso que es el pecado. La segunda el sentir
arrepentimiento y vergüenza de haber ofendido al buen Dios. La tercera
hacer confesión de todos mis pecados. La cuarta convencerme de la
gran misericordia que Dios tiene para con el pecador que quiere ser perdonado.
La quinta el ir adquiriendo un gran amor y estimación por todo lo
que Cristo sufrió por nosotros. La sexta adquirir un amor por Jesús
Eucaristía. La séptima aprender a orar, especialmente recitar
con amor y atención el Padrenuestro. La octava tratar de vivir en
continua y afectuosa comunicación con Dios".
En la Santa Misa veía muchas veces a Jesucristo en la
Santa Hostia. A su alrededor se reunía frecuentemente un selecto grupo
de hombres y mujeres, terciarios franciscanos, a los cuales fue bendiciendo
uno por uno como una madre cariñosa, la tarde del 4 de enero de 1309,
y luego santamente y en gran paz, su alma voló a la eternidad. Sobre
su sepulcro se han obrado innumerables milagros.