SANTA BLANCA DE CASTILLA
1252 d.C.
2 de diciembre
Blanca fue hija del rey Alfonso
VIII de Castilla y de su esposa, la reina Leonor de Plantagenet. Sus abuelos
paternos fueron los reyes Sancho III el Deseado y su esposa Blanca Garcés
de Navarra y los maternos el rey Enrique II de Inglaterra y su esposa Leonor
de Aquitania. Fueron sus hermanos, entre otros, el rey Enrique I de Castilla
y la reina Berenguela de Castilla, madre de Fernando III el Santo, rey de
Castilla y León.
Nacida en Palencia en 1188 fue amamantada por la nodriza proveniente
del pueblo de la La Serna llamada Sancha López, la cual fue recompensada
junto a su marido Martín García con buenas tierras de labranza
según el privilegio en el cartulario del Monasterio de Santa María
de la Vega. Alfonso VIII confió a Pedro Rodríguez de Castro
y a su mujer Urraca Rodríguez de Guzmán la crianza de la infanta
Blanca en su casa de Itero de la Vega, puerula infantissa Domina Blanca,
nutriente in domo Petri roderici de Castro.
Felipe II Augusto de Francia y Juan I de Inglaterra acordaron
que el heredero al trono de Francia, el futuro Luis VIII, se casara con una
infanta de Castilla. Los embajadores de ambos reinos en 1199 llevaron a cabo
las negociaciones para el matrimonio y en 1200, la ya anciana Leonor de Aquitania,
se desplazó a Castilla, donde reinaba su hija Leonor, para conocer
a sus nietas y decidir cuál sería la futura «reina de
la Flor de Lis».1 La intención original era llevar como prometida
del príncipe Luis a la entonces hija mayor soltera de los reyes de
Castilla, Urraca, pero al final Leonor escogió a su segunda nieta
Blanca, ya que a su parecer, esta infanta encajaría mejor en la corte
de Francia. Con apenas doce años la infanta Blanca se despidió
de sus padres y hermanos y emprendió viaje con su abuela hacia Francia
y poco después, el 22 de mayo de 1200 se celebró la boda con
el heredero de la corona.
Al morir Felipe, el 14 de julio de 1223, ocupó el trono
el marido de Blanca con el nombre de Luis VIII. A los tres años, Luis
murió de disentería a la vuelta de una campaña militar
por la que pretendía recuperar el Mediodía para Francia.
Blanca fue una eficaz consejera de su marido. Madre de varios
hijos, el segundo de los supervivientes, Luis, futuro Luis IX, San Luis IX,
fue proclamado rey a la muerte de su padre, contando solamente doce años
de edad, en 1226. Blanca fue nombrada regente, enfrentándose a los
problemas acuciantes de su tiempo, como las pugnas con Inglaterra, el conflicto
con los cátaros y las presiones de la nobleza. Una vez que su hijo
pudo hacerse cargo de los asuntos de Estado, la reina Blanca de Castilla
se retiró a la abadía de Maubuisson. Falleció en Melun
en 1252 y recibió sepultura en la abadía de Maubuisson.