SANTA JOSEFINA BAKHITA
1947 d.C.
8 de febrero
No hay que humillar jamás
a los miembros de un pueblo porque los dirigentes cometen o han cometido actos
inhumanos. Sin dejar de lado la lucidez necesaria para analizar los acontecimientos,
tenemos que descubrir que la confianza es una condición previa para
la paz sobre la tierra. En una de las últimas ventas que hicieron
de su persona, le tocó en suerte a un buen Señor en Génova.
El ejemplo de esta joven viene en perfecta armonía con las palabras
primeras. Por parte de la Providencia, esta chica pasa por distintas vicisitudes
en su vida. Era una esclava en toda regla. A los 12 años recibió
el bautismo. Tan contenta se puso que, incluso se cambió su nombre
por el de Josefina. Era una prueba de agradecimiento a Dios por haberle concedido
tantos bienes y, sobre todo, el bien de la fe que había recibido en
Génova al contacto con esta familia. Pasó su vida religiosa
haciendo los trabajos más humildes pero - eso sí - hechos con
total amor y entrega a las hermanas y a las personas que gozaban de su presencia.
Sus virtudes heroicas y su generosidad forjaron su personalidad de tal modo
que todo el mundo la quería como a una verdadera amiga y madre. En
el año 2000, Juan Pablo II la llevó al honor de los altares.