SANTA JUANA DE LESTONAC
1640 d.C.
2 de febrero



   Santa Juana nace en Burdeos el 1556. Sus padres se llamaban Ricardo, buen católico, y Juana, ferviente calvinista. La pobre niña empieza a ser objeto de contradicción. Es bautizada en la Iglesia católica, a pesar de la oposición de la madre, que intenta inocular en la niña sus propias ideas. Pero su fe, combatida, acaba por fortalecerse, apoyada por su padre, su hermano Guido y su tío, el célebre filósofo Miguel de Montaigne, que llamó a su sobrina "bella princesa albergada en magnífico palacio". Incluso deseó entregarse a Dios en el claustro, aunque no llegó a realizarse.

   Tenía una gran devoción a la Eucaristía, a la Virgen María, al ángel de la guarda. El 2 de febrero de 1640 entregó su alma a Dios. Sus hijas seguirían trabajando por la educación cristiana de la juventud, según el ideal de la Fundadora: "O trabajar o morir por la mayor gloria de Dios". Sus venerables restos, dispersos y profanados por la Revolución Francesa, fueron felizmente encontrados. El 15 de mayo de 1949, el Papa Pío XII la elevó a la gloria de los altares.

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(Samuel Miranda)