Margarita
era la sexta hija de los doce del matrimonio de Abraham Bourgeois y Guillermina
Garnier. Nació en Troyes (Francia), el 17 de abril de 1620. A los
veinte años quiso ingresar con las carmelitas y las clarisas, sin
ser aceptada. El padre Gendret, al ver que los dos conventos la rechazaron,
vio la señal para fundar una congregación sin clausura, pero
dicha fundación también fracasó.
En 1652 el gobernador de la pequeña colonia francesa
Villa María, en Canadá, la invitó como maestra. Troyes,
París, Orléans, Nantes fueron las primeras etapas de su viaje
a Canadá. Salió del puerto de San Nazario y, después
de cuatro meses, el 16 de noviembre de 1653, llegó a Canadá
y, al mes, a Villa María, la pequeña colonia que luego se convertiría
en la ciudad de Montreal, y que en ese momento se reducía a un fuerte
en el que habitaban unas dos mil personas, con un pequeño hospital
y una capilla atendida ocasionalmente por algún misionero. Ahí
Margarita enseñaba el catecismo, curaba enfermos, socorría
a los soldados heridos y ayudaba a los necesitados. Hizo restaurar la gran
cruz de Montreal que había sido destruida por los indios iroqueses
y se las arregló para construir una nueva capilla dedicada a Nuestra
Señora en 1667. Al año siguiente inauguró la primer
escuela de Montreal en un antiguo establo con una docena de alumnos. Los
años siguientes fueron agitados y difíciles a causa de la guerra
contra los iroqueses. Al terminar la guerra, Montreal se convirtió
en una verdadera ciudad. En su escuela Margarita acogió también
a los hijos de los indios.
Viajó ocho veces a Francia para buscar a jóvenes
que quisieran ayudarle en la tarea de la educación. En esas ocasiones
llevaba consigo a muchachas huérfanas campesinas que deseaban educarse
en el Nuevo Mundo y formar más tarde su hogar, pues había muchos
soldados y comerciantes pero las hijas de los colonos eran pocas y no se podían
formar hogares cristianos. Cuando estuvo en Francia de 1670 a 1672 consiguió
la aprobación del rey Luis XIV para sus planes de fundación
de la Congregación de Nuestra Señora, el año 1676.
En 1683 el convento se incendió y dos hermanas murieron, entre ellas
su sobrina. Fue entonces cuando monseñor Laval quiso fusionarlas con
las ursulinas ya que era difícil aceptar la idea de una comunidad
religiosa misionera sin clausura...
Finalmente el año 1698 las veinticuatro hermanas pudieron
hacer la profesión religiosa. Desde el momento en que Margarita renunció
al cargo de superiora a los setenta y tres años, su salud comenzó
a declinar. Pero el fin llegó de una manera inesperada. El último
día del año 1699 la fundadora ofreció su vida para salvar
la de una religiosa que estaba gravemente enferma. Habiendo recobrado ella
la salud, la madre murió el 12 de enero de 1700. Algunos años
más tarde, en 1768, en un nuevo incendio se quemó la capilla
donde se conservaba el corazón de la madre Margarita y, al rescatarlo
de las llamas, notaron que salía sangre. Fue beatificada por el papa
Pío XII el 12 de noviembre de 1950 y canonizada por el papa Juan Pablo
II el 31 de octubre de 1982.
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(Samuel Miranda)