SANTA PELAGIA
302 d.C.
8 de octubre
Se la presenta como una de
las más insignes pecadoras del mundo, allá por la segunda mitad
del siglo V. En Antioquía -este era el escenario de sus danzas sensuales
y altaneras- se la llamaba "Margarita" que es la traducción de "gema",
quizá porque, en ocasiones, lo único que cubría las carnes
de la extrahermosa eran collares de perlas.
Tuvo, en el marco de la Providencia, la suerte de toparse,
en el año 453, con Nono, anacoreta de Tabenas, sacado de allí
para hacerlo obispo de Edesa y trasladado a Heliópolis de Siria, que
por el momento participaba en un concilio provincial convocado por Máximo.
Bastó oírlo para que Dios la moviera a sincera conversión,
pidiera el bautismo y cambiara sus danzas, sus máscaras y abalorios
por la penitencia. Termina el relato de su historia diciendo que murió
penitente en Jerusalén, en el Monte de los Olivos, en el año
468, disimulando con un máscara su condición de mujer, habiéndose
hecho llamar Pelagio.