SAN TARASIO DE CONSTANTINOPLA
 806 d.C.
 18 de febrero
 
 
 
 
  
   Para nosotros que vivimos en
la "civilización de las imágenes", así llamada por la
masiva presencia de los instrumentos audiovisuales, sobre todo el cine y
la televisión, tal vez resulte estimulante el recuerdo de un personaje 
que luchó valientemente por las "imágenes", aunque ésta 
no sea su gloria principal y las imágenes por las que él combatió 
eran mucho más "sagradas" que las que nos propone ahora la sociedad 
de consumo. 
 
    Era de familia noble y había sido revestido de la dignidad 
de senador y jefe de la cancillería imperial. Aunque era un simple 
laico, por designación del difunto patriarca Pablo, fue elegido para 
recibir una difícil herencia, que aceptó con la condición 
de que la emperatriz Irene y el senado se comprometieran a consentir la convocación 
de un concilio: sólo así sería posible restablecer la 
ortodoxia y la paz eclesiástica. 
 
    Esto se logró, no sin dificultad, en el concilio de
Nicea del 787. Tarasio fue también un integérrimo defensor
de la moral cristiana y sobre todo del matrimonio, oponiéndose con
energía al mismo emperador Constantino VI, que pretendía de
él la sentencia de divorcio para poder contraer nuevas nupcias. San
Tarasio murió a la edad de 76 años, en el 806 y fue sepultado
en el santuario "Todos los mártires" del monasterio fundado en el
Bósforo.