SANTO DOMINGO DE SORA
1031 d.C.
22 de enero
Fundó numerosos monasterios
en el sur de Italia. En los archivos de Foligno de Etruria, ciudad natal de
Santo Domingo, se afirma que existe la costumbre de invocar su protección
contra los rayos, pero no se indica cuál es el origen de esta práctica.
Tal vez se trata de algún incidente ocurrido en los primeros años
de la vida de Santo Domingo, ya que los docu mentos sólo hablan de
él, a partir del momento en que tomó el hábito. Domingo
consagró toda su actividad a la fundación de iglesias y monasterios
benedictinos en varias partes de Italia; en Scandrilia, Soya, Sangro y otras
ciudades. Según parece, en cada nuevo monasterio nombraba a un abad,
de suerte que quedaba libre para recomenzar su tarea en otro sitio.
En los intervalos entre las diferen tes fundaciones, Santo
Domingo se consagraba a la oración, hasta que Dios le daba a conocer
el sitio donde quería que fundase el próximo monasterio. En
medio de esta vida tan ocupada, el santo encontraba todavía tiempo
para traba jar con las almas, y más de una vez el cielo ratificó
con sorprendentes milagros sus esfuerzos por la conversión de los
pecadores. Un monje llamado Juan, discí pulo y constante compañero
suyo, nos ha dejado una narración de dichos mila gros, de algunos
de los cuales fue probablemente testigo ocular. Santo Domingo murió
en 1031, a los ochenta años de edad, en Sora de Campania.