SAN WILFRIDO
 Siglo VIII d.C.
 15 de febrero
 
 
 
 
  
   Nació en Pisa, donde 
llegó a ser un próspero y estimado ciudadano. Se casó 
con una joven de la que estaba profundamente enamorado y tuvo cinco hijos 
y, por lo menos, una hija. Después de muchos años de matrimonio, 
Walfrido tenía dos amigos -el uno era pariente suyo y se llamaba Gundualdo, 
el otro era un corso llamado Fortis-, que vivían como él, en 
el mundo, pero se sentían también inclinados a la vida religiosa. 
Juntos discutieron sobre el futuro y un sueño les llevó a escoger 
Monteverde, entre Volterra y Piombino, para fundar un nuevo monasterio. 
 
    Determinaron seguir la regla benedictina de Monte Casino. Además 
de su propia abadía de Palazzuolo, construyeron también, a veinticinco
kilómetros, un convento para mujeres, donde sus respectivas esposas
y Ratruda, la hija de Walfrido, tomaron el velo. Walfrido pidió a
Dios que enviase al joven una señal que durase toda su vida y el mismo
día, Gimfrido fue hecho prisionero y volvió arrepentido al
monasterio, pero con el dedo mayor mutilado al extremo que nunca más 
pudo volver a servirse de él. Walfrido gobernó prudente y sabiamente 
la abadía durante diez años. Gimfrido le sucedió en el
gobierno y fue un magnífico superior, a pesar de su antigua caída. 
El culto de San Walfrido fue confirmado en 1861.