SAN ZEFERINO
199-217 d.C.
Zeferino, hijo de Abundio,
fue natural de Roma y sacerdote muy esclarecido por virtud y sabiduría
en tiempo del Papa San Victor como lo acreditó el cielo con el estupendo
prodigio, que le elevó al Sumo Pontificado. Después que San
Victor hubo coronado su mortal carrera con un glorioso martirio, los fieles
dirigidos por el clero estaban orando once días, para que deparase
Dios un digno vicario suyo a su Iglesia, cuando el Espíritu Santo
bajó en figura de paloma sobre la cabeza del presbítero Zeferino,
donde reposó un breve espacio de tiempo, y después desapareció.
Esto unió todos los votos en favor suyo, siendo nombrado Papa en
agosto del año 199.
En el primer año de su pontificado, decretó
el emperador Severo una terrible persecución contra la Iglesia, y
el Santo no perdonó fatigas ni trabajos para alentar a los fieles.
Corría día y noche las casas de los particulares; penetraba
las cavernas y subterráneos donde se ocultaban los tímidos;
visitaba las cárceles, llevándoles limosnas, consuelos y el
Pan de los fuertes; les acompañaba a los cadalsos, y para sostener
su fe ponía en peligro su propia existencia. Nueve años duró
esa agitada vida del Santo Papa, hasta que, muriendo Severo, la Iglesia recobró
la paz.
San Zeferino se dedicó a dar realce a la disciplina
eclesiástica: mandó que los fieles comulgasen por la Pascua,
y que los cálices, que hasta entonces eran de madera, fuesen a lo
menos de vidrio; que celebrando el obispo asistiesen algunos sacerdotes,
y otras cosas necesarias para el bien de la Iglesia. Reprimió con
fortaleza a Práxeas heresiarca, patripasiano, y convirtió al
teodoriano Natal. Tertuliano llenó de amargura el corazón del
Santo con su orgullo, encubierto con el manto de austeridad y rigor, y con
censurar imprudentemente la conducta del Santo Pontífice, tan semejante
al Divino Salvador en perdonar a los pecadores arrepentidos; orgullo que
al infeliz le arrastró a la herejía.
Finalmente, después de haber gobernado la Iglesia
por espacio de 17 años y cerca de un mes, con toda prudencia y valor,
imperando Antonino Eliogábalo, fue martirizado el 26 de agosto del
año 217.