Virgen del jilguero
(Madonna del cardellino)
Rafael Sanzio, Hacia 1507
Óleo sobre tabla • Renacimiento
107 cm × 77 cm
Galería Uffizi, Florencia, Italia
La Virgen del jilguero (en
italiano Madonna del cardellino) es una pintura del artista renacentista
italiano Rafael Sanzio, datada hacia 1507. Es una pintura al óleo
sobre tabla con unas dimensiones de 107 centímetros de alto y 77 cm.
de ancho. Se conserva en la Galería Uffizi de Florencia, Italia.
Es una Virgen del jilguero ejecutada durante la estancia de
Rafael en Florencia. La Virgen fue un regalo de bodas de Rafael a su amigo
Lorenzo Nasi. El 17 de noviembre de 1548 la casa de Nasi quedó destruida
por un terremoto, y la pintura se partió en diecisiete fragmentos.
Del rápido daño, escribe en el año 1568 Giorgio Vasari:
«Encontraron las piezas entre el mortero de las ruinas fueron donde
Battista, hijo de Lorenzo, muy amante del arte, para que la rehiciera de
la mejor manera que pudiese». Fue restaurada poco después, pero
el daño aún resulta visible.
Los análisis con rayos X permitieron ver las fracturas
entre las piezas, rellenas por nueva pintura. La esquina inferior izquierda
fue completamente rehecho, así como un rectángulo correspondiente
a la pierna de Jesús.
Entre el año 2000 y el 2002 se han hecho investigaciones para una
nueva restauración, terminada en 2005.
El cuadro fue sometido a una reflectografía infrarroja
que pusieron en evidencia un dibujo preliminar a escala 1:1. Las diferencias
respecto a la obra acabada en las figuras son pocas y no decisivas, más
importantes son las relativas al paisaje.
El puente a la derecha era del todo inventado, sin trazos de
polvo, mientras que a la izquierda debía aparecer una torre y un edificio
cilíndrico, que en el cuadro se ha transformado en un espacio abierto.
Otras diferencias son las que se refieren al escote del traje de la Virgen,
que en el cartón era más mórbida y no cuadrada y en
la oreja de Juan Bautista, que resulta en una posición más
alta.
En esta pintura, como en la mayor parte de las Vírgenes
de su periodo florentino, Rafael coloco las tres figuras (la Virgen María,
el Niño Jesús (a la derecha) y san Juan) dentro de un dibujo
geométrico. Aunque las posiciones de los tres cuerpos son naturales,
juntos forman un triángulo prácticamente regular.
La Virgen sostiene un libro, lo que permite identificarla como
Sedes Sapientiae («Asiento de la Sabiduría»). El jilguero
es un símbolo de la futura muerte violenta de Cristo. San Juan ofrece
el jilguero a Cristo como advertencia en relación con su futuro.
La influencia leonardesca se evidencia en muchos rasgos de la
obra, como la estructura piramidal y el claroscuro. También se nota
en la oscuridad del terreno y del tratamiento atmosférico del paisaje
del fondo, que se pierde en las brumas del horizonte. Los rostros del Bautista
y de Cristo tiene una impronta inconfundiblemente leonardesca en el esfumado
que les rodea y en los rasgos somáticos.