BEATO SEBASTIÁN LLORENS TELARROJA
1936 d.C.
30 de julio
Nació en Tordera (Barcelona).
Fue exalumno del colegio Santa María de Blanes (Gerona) y de los beatos
Jaime Puig Mirosa y Segismundo Sagalés. Según testigos, fue
incansable en el estudio, inteligente y aplicado en la escuela, a la que
no faltaba jamás. Tenía afición a la mecánica.
Estudió Algebra en las clases nocturnas del P. Puig, además
acudía a los círculos de estudio de la Acción Católica.
Era un joven estudioso y trabajador del campo, y esencialmente
piadoso, congregante de San Luis, miembro de la “Federación de Jóvenes
Cristianos de Cataluña” y de la Tercera Orden de San Francisco. Manifestaba,
ante todo, gran devoción hacia la Eucaristía, asistiendo con
regularidad la misa dominical, sirviendo al altar, orando largamente ante
el sagrario por las tardes, esta entrega a la Eucaristía y la devoción
a la Virgen del Vilar, patrona de Blanes, fueron sus grandes amores que le
impulsaron con generosidad y sacrificio a toda clase de obras de misericordia
y de apostolado, buscaba contagiar su devoción mariana a los jóvenes,
organizando asociaciones y romerías. Sebastián fortalecía
su espiritualidad con mucha oración, con retiros espirituales y con
un proyecto de vida donde buscaba una vida de santidad y servicio a Dios
y a los demás. Su última empresa, con riesgo de su vida, fue
poner a salvo la venerada imagen de la Virgen del Vilar, con la ayuda del
padre Puig y de los colonos de Mas Miret y evitar así su profanación.
Sebastián sentía una llamada especial al matrimonio,
pero quería vivir un matrimonio santo, y por eso pensaba seriamente
en cómo realizar este proyecto sin dejar su apostolado cristiano,
principalmente en lo que se trataba de la piedad y de la evangelización
de los jóvenes. Este ardor misionero le llevó a recibir al
P. Puig en su casa mientras le buscaban los revolucionarios, y a acompañarlo
en la larga entrevista que le realizaron en el comité. El día
30 de julio de 1936, al salir del comité fueron atrapados por los
rojos, así, en la calle de Blanes, dispararon primero al P. Puig,
pero en este momento Sebastián abrazo fuerte al padre y los revolucionarios
le dispararon también. Sus restos mortales descansan en el nicho familiar
del cementerio de Blanes. Fue beatificado por SS Francisco el 13 de octubre
de 2013.