BEATO SERVILIANO RIAÑO HERRERO
1936 d.C.
7 de noviembre
Nació en Prioro (León).
En 1927 ingresa en el seminario menor de los Misioneros Oblatos de María
Inmaculada de Urnieta (Guipúzcoa), donde cursa estudios secundarios
hasta 1932, año en el que pasará al noviciado de Las Arenas
(Vizcaya), donde hará su primera oblación en 1933. Se traslada
a Pozuelo de Alarcón para incorporarse a la comunidad del escolasticado
y proseguir los estudios con miras al sacerdocio. Serviliano sigue siendo
el joven humilde, sencillo y siempre muy piadoso, extrovertido y jovial,
se preparaba para dar salida a su celo apostólico en cualquier misión
extranjera.
El 22 de julio de 1936 fue detenido con todos sus hermanos de
comunidad, en Pozuelo. De modo no del todo inesperado y siempre violento,
el convento fue convertido en cárcel. De ella fue sacado Serviliano
con sus compañeros de prisión hasta la Dirección General
de Seguridad, situada en la Plaza del Sol, centro de Madrid. Liberado al
día siguiente, comienza una vida en clandestinidad con algunos de
sus compañeros, hasta que el día 15 de octubre, en una redada
de búsqueda y captura, fue de nuevo detenido y encarcelado.
El 7 de septiembre de 1936 oye su nombre entre los que son llamados
a ser “puestos en libertad”. Consciente de lo que esto significaba y preparado
para aceptar el sacrificio de la oblación cruenta que Dios le depara,
llama al P. Mariano Martín o.m.i. por la mirilla de la celda. Le pide
y recibe la absolución. Con ánimo decidido sube a la camioneta
que le trasladará hasta Soto de Aldovea, lugar cercano a Paracuellos.
Allí fue martirizado.
Su hermana da testimonio: “Cuando volvió, a mi madre le contó
sólo algunas cosas, pero a mí me dijo que le habían
dicho cómo había muerto: le ataron por el brazo con otro, le
ataron las manos a la espalda, le cortaron sus partes, le dieron un tiro
y cayó en la zanja con todos. Lloraba mi padre al contármelo.
A la vez manifestaba su gran convicción de que su hijo era mártir”.
Fue beatificado por Benedicto XVI el 17 de diciembre de 2011.