El que se convertirá en el primer papa francés de la historia, nació en la región occitana de Auvernia e ingresó, alrededor de 963, en el monasterio de Saint-Géraud de Aurillac donde estudio gramática, retórica y lógica, las tres disciplinas del Trivium; hasta que en el año 967, viajó a la corte del conde de Barcelona, Borrel II, donde permaneció tres años en el monasterio de Santa María de Ripoll, en Cataluña y, posiblemente, viajó a Córdoba y Sevilla. Esta estancia en la península Ibérica le permitió entrar en contacto con la ciencia árabe e iniciarse en el estudio de las matemáticas y la astronomía.
En 969 viajó a Roma acompañando, en una peregrinación, a su protector el conde Borrel II, lo que le permitió conocer al entonces papa Juan XIII y al emperador Otón I, quien le nombró tutor de su hijo, el futuro Otón II.
Algunos años más tarde, el arzobispo de Reims, Adalberón, lo llamó para su colegio episcopal, donde enseñó e hizo enseñar muchas disciplinas, tanto religiosas como profanas. Se distinguió especialmente por su erudición en el terreno científico, en particular en el conocimiento del Quadrivium, conjunto de disciplinas que incluía la aritmética, la geometría, la astronomía y la música. En esta época, además inventó y construyó todo tipo de objetos destinados al aprendizaje y a la investigación, como ábacos, un globo terrestre, un órgano y relojes, lo que hizo que se despertaran sospechas de brujo y nigromante hacia él.
En 983, el emperador Otón II le nombra abad del monasterio benedictino de Bobbio, cargo que desempeñó durante un corto espacio de tiempo ya que no tardó en regresar a Reims donde actuó como consejero del arzobispo Adalbero y favoreció el nombramiento de Hugo Capeto como rey de Francia.
En 988 fallece Adalbero y, para sucederle en la sede arzobispal, Hugo Capeto nombra a Arnulfo. El nuevo arzobispo de Reims traiciona a Hugo aliándose con Carlos que había sido aspirante al trono francés.
Hugo reacciona convocando, en 991, un concilio en Saint-Basles-les-Reims donde destituye como arzobispo a Arnulfo y nombra a Gerberto como arzobispo de Reims.
Este nombramiento supone sin embargo un enfretamiento con Roma que no reconoce que Hugo tenga capacidad para nombrar obispos al considerar dicha potestad excluiva del Papa.
Juan XV intentó declarar nulo el nombramiento de Gerberto como arzobispo y para ello convocó concilios en Chelles, Aquisgran y Roma que sin embargo confirmaron a Gerberto como arzobispo, hasta que en un nuevo concilio celebrado en 996 logró su propósito y se restituyó a Arnulfo en el arzobispado de Reims.
Gerberto renunció
a su dignidad y se retiró a la corte del emperador Otón III
hasta que en 998 fue nombrado arzobispo de Rávena.
Tras la muerte de Gregorio V, el 18 de febrero de 999, Gerberto de Aurillac, fue nombrado Papa y consagrado el 2 de abrilSilvestre II como homenaje a Silvestre I, que fue papa en tiempos del emperador Constantino I que adoptó el cristianismo como religión oficial del Imperio Romano. con el nombre de
En el año 1001 tuvo que hacer frente a una de los levantamientos populares que periódicamente se daban en Roma, y que le obligó, junto con Otón III, que había fijado su residencia en dicha ciudad, a huir a Rávena. En tres ocasiones intentó el emperador restaurar el orden en Roma, fracasando en las dos primeras y muriendo, el 24 de enero de 1002, en el curso de la tercera. A Silvestre II, la nobleza romana, le permitió regresar a Roma donde falleció el 12 de mayo de 1003
Era hombre de gran
erudición; se lo conoció como la "luz de la Iglesia y la esperanza
de su siglo" y durante su pontificado, otorgó el título de
rey a los soberanos cristianos de Hungría, coronando a Esteban I,
y de Polonia.
Gerberto de Aurillac alcazó gran renombre como teólogo y filósofo, destacando obras como "Sobre lo racional y sobre el uso de la razón" y "Sobre el cuerpo y la sangre de Cristo"; pero es en su faceta de matemático en la que más destacó. Así introdujo en Francia el sistema decimal y el cero que se utilizaban desde que Al-Khuwarizmi los trajera de la India y los difundiera en Europa a través de Cataluña. También difundió el astrolabio, de origen árabe.
Utilizó su cargo de papa para hacer que se utilizara el sistema decimal por parte de los clérigos occidentales, lo que facilitó enormemente el cálculo, ya que, por ejemplo, hacía el año mil, la práctica de la división, sin usar el cero, requería unos conocimientos que sólo poseían los eruditos.
Es también
el inventor de un tipo determinado de ábaco: el ábaco de Gerberto,
en el que las fichas múltiples se sustituyen por una única
ficha etiquetada con un número arábigo. También se le
atribuye la introducción del péndulo y la invención
de un reloj de ruedas dentadas.
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(Samuel Miranda)