Viernes posterior
al segundo domingo después de Pentecostés
SOLEMNIDAD
DEL SAGRADO CORAZÓN
DE JESÚS
El Señor se prendó de ustedes y los eligió
Lectura del libro del Deuteronomio 7, 6-11
Moisés habló al pueblo diciendo: «Tú eres un pueblo
consagrado al Señor, tu Dios: él te eligió para que
fueras su pueblo y su propiedad exclusiva entre todos los pueblos de la tierra.
El Señor se prendó de ustedes y los eligió, no porque
sean el más numeroso de todos los pueblos. Al contrario, tú
eres el más insignificante de todos. Pero por el amor que les tiene,
y para cumplir el juramento que hizo a tus padres, el Señor los hizo
salir de Egipto con mano poderosa, y los libró de la esclavitud y
del poder del Faraón, rey de Egipto. Reconoce, entonces, que el Señor,
tu Dios, es el verdadero Dios, el Dios fiel, que a lo largo de mil generaciones,
mantiene su alianza y su fidelidad con aquellos que lo aman y observan sus
mandamientos; pero que no tarda en dar su merecido a aquel que lo aborrece,
a él mismo en persona, haciéndolo desaparecer.
Por eso, observa los mandamientos, los preceptos y las leyes que hoy te ordeno
poner en práctica.»
Palabra de Dios.
SALMO 102, 1-2. 3-4. 6-8. 10
R. El amor del Señor a los que lo temen
permanece para siempre.
Bendice al Señor, alma mía,
que todo mi ser bendiga a su santo Nombre;
bendice al Señor, alma mía,
y nunca olvides sus beneficios. R.
El perdona todas tus culpas
y cura todas tus dolencias;
rescata tu vida del sepulcro,
te corona de amor y de ternura. R.
El Señor hace obras de justicia
y otorga el derecho a los oprimidos;
él mostró sus caminos a Moisés
y sus proezas al pueblo de Israel. R.
El Señor es bondadoso y compasivo,
lento para enojarse y de gran misericordia;
no nos trata según nuestros pecados
ni nos paga conforme a nuestras culpas. R.
Dios nos amó primero
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan
4, 7-16
Queridos míos, amémonos los unos a los otros, porque el amor
procede de Dios, y el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios.
El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor.
Así Dios nos manifestó su amor: envió a su Hijo único
al mundo, para que tuviéramos Vida por medio de él. Y este
amor no consiste en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él
nos amó primero, y envió a su Hijo como víctima propiciatoria
por nuestros pecados.
Queridos míos, si Dios nos amó tanto, también nosotros
debemos amarnos los unos a los otros. Nadie ha visto nunca a Dios: si nos
amamos los unos a los otros, Dios permanece en nosotros y el amor de Dios
ha llegado a su plenitud en nosotros.
La señal de que permanecemos en él y él permanece en
nosotros, es que nos ha comunicado su Espíritu. Y nosotros hemos visto
y atestiguamos que el Padre envió al Hijo como Salvador del mundo.
El que confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, permanece en Dios, y
Dios permanece en él.
Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído
en él.
Dios es amor, y el que permanece en el amor permanece en Dios, y Dios permanece
en él.
Palabra de Dios.
ALELUIA Mt 11, 29ab
Aleluia.
Carguen sobre ustedes mi yugo
y aprendan de mí,
porque soy paciente y humilde de corazón.
Aleluia.
EVANGELIO
Soy paciente y humilde de corazón
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo
11, 25-30
Jesús dijo:
«Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber
ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a
los pequeños. Sí, Padre, porque así lo has querido.
Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre,
así como nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo
se lo quiera revelar.
Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo
los aliviaré. Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí,
porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán
alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana.»
Palabra del Señor.