¿SÓLO LA FE SALVA?
¿Es verdad que la Biblia dice “solamente
la fe salva”?
Como veremos, la respuesta es no. El Apóstol Santiago
enseñó lo contrario: el hombre es justificado por las obras,
y no solamente por la fe (Stg 2, 24). San Pablo dijo que uno puede tener
toda la fe del universo pero si no tiene amor no es nada (1Cor 13, 2). La
Iglesia ofrece un entendimiento más amplio e integral sobre la justificación.
Dicen los hermanos no católicos que las obras no sirven.
Ellos dicen: “Acepta a Jesucristo como tu salvador personal y estas salvado
para siempre”. Citan a Juan: De cierto, de cierto os digo: el que cree en
mí, tiene vida eterna (Jn 6, 47) y también. Todo aquél
que invocare el nombre del Señor, será, salvo (Ro 10, 13).
Según el pensamiento bíblico, el creer es un acto
total del hombre en todos los niveles de su ser y de su vida. No solamente
algo del corazón o de la mente. Es algo integral que implica esto
más las obras.
Para apoyar su idea que el hombre es justificado solamente por
la fe, Lutero puso la palabra “solamente” en su traducción alemana
de Romanos 3,28. La verdad es que el único lugar donde las palabras
“sola-solamente” y “fe” aparecen juntas en el Griego es en Stgo 2,24 donde
dice justificados por obras y No solamente por la fe.
Son muchas las citas bíblicas que nos hablan de la necesidad de la
obras para alcanzar la salvación.
Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus
ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras
(Mt 16,27).
He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar
a cada uno según sea su obra (Ap 22,12).
¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la
fe se perfeccionó por las obras? (Stgo 1,22).
Los hermanos no católicos dicen que Pablo en sus cartas
opone la fe a las obras, pero no es cierto. Pablo habla de un problema particular
de los cristianos judíos que querían imponer la circuncisión
y todos los demás ritos de la ley a los conversos. Pero es la ley
como ceremonia y la circuncisión, no la ley Moral, que se condena:
Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale nada, ni la
incircuncisión (Gál 6,15; Gál 5,6; Ro 3,30 y 1 Cor 7,19).
En Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión
sin la fe que obra por el amor (Gál 5,6), sin embargo hay que cumplir
la ley Moral, los mandamientos. Los judaizantes y los fariseos querían
obligar a los nuevos cristianos a cumplir las prescripciones de la ley de
Moisés como necesarias para la salvación.
Las obras que Dios actúa en nosotros son importantísimas:
El cual (Dios) pagará a cada uno conforme a sus obras (Ro 2,6) y también:
Todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor
y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la
recompensa de la herencia… (Col 3,23-24).
Es importante entender que las obras humanas sin la gracia de
Dios actuando en nosotros no nos pueden merecer nada del Cielo. San Pablo
dice: Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer
por su buena voluntad (Fil 2,13). Las obras son buenas y entran en nuestra
salvación porque es Dios obrando en nosotros.
Hay más textos que nos hablan de las obras: Y si invocáis
por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según
la obra de cada uno (1 Pedro 1,17).
Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor
que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos
y sirviéndolo aún (He 6,10).
Así también la fe, si no tiene obras, está muerta en
sí misma… Vosotros veis, pues que el hombre es justificado por las
obras y no solamente por la fe (Stgo 2,17- 26).
Santiago dice que Abrahám fue justificado por la fe más
la obra de ofrecer a su hijo Isaac: ¿No fue Abrahám justificado
por las obras, Abrahám nuestro padre, cuando ofreció a su hijo
Isaac sobre el altar? (Stgo 2,21)
San Pablo enseñó que la falta de buenas obras
llevará al cristiano a la condenación, aunque sea él
un creyente: Si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de
su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo (1 Tim 5,8).
Concluyendo, La Biblia nunca dice “solamente la fe nos salva”
sino “no solamente la fe” (Stgo 2,24). No todo el que me dice: Señor,
Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace
la voluntad de mi Padre (Mt 7,21).
¿Cuál es la columna y pilar de la verdad? ¿Será
sólo la fe? San Pablo dice que: es la Iglesia del Dios viviente (1
Tim 3,15).
La enseñanza de sola fides está equivocada y fue inventada
por Lutero al agregarle la palabra “solamente” en su traducción alemana
de Romanos 3,28.