Siglo I d.C.
25 de octubre
Los Hechos de los Apóstoles
dicen: "Había en la tierra de Joppe, una querida discípula
llamada Tabita, que traducido significa Dorcas. Era una mujer rica en buenas
obras, y hacia muchas limosnas. Sucedió propio en estos días
que ella se enfermó y murió. Y, después que la hubieron
lavado, la pusieron en el piso de arriba. Como Lidda estaba cercana a Joppe,
al saber los discípulos que Pedro estaba allí, le mandaron
dos hombre a rogarle: ¡No te importaría venir!. Pedro se levantó,
y se fue con ellos y, cuando llegó, lo condujeron al piso de arriba.
Todas las viudas le rodearon, llorando, mostrando los vestidos y mantos de
todo genero que Dorcas había hecho para ellas. Entonces Pedro, hizo
salir a todas, se puso de rodillas y oró. Después, volviéndose
a la difunta, le dijo: ¡Tabita, álzate!, y ella abriendo los
ojos y, viendo a Pedro, se sentó. Pedro le dio la mano, y la hizo
levantar y, llamando a los santos y a las viudas, se las presentó
viva." (Act 9, 36-42).