TEMPLO EXPIATORIO A CRISTO REY
Comenzó su construcción
el 25 de marzo de 1685 y se concluyó en 1709, fue diseñada por
el arquitecto Pedro de Arrieta tras la demolición del templo previo.
Tiene una planta tipo basilical con cuatro torres octagonales en cada esquina
con cúpula en talavera amarilla, y una cúpula octagonal central
también cubierta en talavera amarilla con linternilla. En 1749 recibió
el título de «colegiata». Para principios del siglo XIX
y con motivo de la construcción del convento de Capuchinas, el templo
sufrió graves daños por lo que tuvo que ser reparado y redecorado
desapareciendo los rastros de barroco.
En 1904 la colegiata fue elevada a rango de basílica
tras una serie de reparaciones. Para la celebración del cuarto centenario
de las apariciones en la década del año 1930, se amplió
el área de pleno retrasando el altar, colocando un órgano monumental,
aunque los daños estructurales por el terreno continuaron. El 12 de
octubre de 1976 la imagen fue trasladada al nuevo templo y este fue cerrado
por el grave daño estructural que tenía por el terreno inestable
en donde se encontraba. En 1979 el INAH comenzó un proceso de recuperación
del edificio sobre la base de pilotes de control con lo que se logró
nivelar nuevamente el edificio y evitar la pérdida del mismo. Hacia
el año 2000 y con la etapa principal terminada el templo volvió
a abrir sus puertas, esta vez con el nombre de Templo Expiatorio a Cristo
Rey.