SAN VEREMUNDO
8 de marzo

   Este joven de la Edad Media murió en el año 1092. Su tío era un benedictino de la abadía de Nuestra Señora de Irache, al lado mismo de Estella, en la Ribera de Navarra, España. Con el tiempo, se convirtió en abad, siguiendo a su tío en la misma vocación a la que Dios le había llamado. Y durante sus años de abad de esta preciosa abadía, la influencia religiosa y cultural que salían de sus muros fue muy importante para todo el reino de esta autonomía española.

   Veremundo, por sus méritos, preparación intelectual y sus dotes de prudencia se erigió en el consejero de los mismos reyes. Pero, sin duda, lo que más destacan sus biógrafos, fue su entrega a los pobres y una cuidada recitación del Oficio divino, las oraciones que los monjes hacen en el coro varias veces al día.

   Es una característica de la Orden benedictina el cuidado, esmero y elegantes ritos durante las celebraciones de los misterios sagrados. Tuvo sus controversias acerca de si emplear o no el rito mozárabe, una vez que se había aprobado y extendido por todo el universo el rito romano. Lo suprimió. Una pena porque, a estas alturas, se vuelve a emplear de nuevo, y no solamente en Toledo – en donde nunca se perdió – sino porque supone un rito típicamente hispano y sería una lástima que se hubiera perdido.

   Su estancia en la abadía, situada en las faldas del Montejurra, fue nada menos que de 42 años: desde 1056 a 1098. Una de las cosas que también distinguió a este lugar en donde se forjaron santos, fue la acogida que dispensaban a los peregrinos del Camino de Santiago. La razón era porque allí fundó un hospital para atender a los enfermos, igual que el que había en Puente la Reina y en Eunate.Desde Nájera a Pamplona, Irache fue el foco cultural más importante junto con el monasterio de san Salvador de Leire, junto a Sangüesa.

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(Samuel Miranda)