DIEGO VELÁZQUEZ
Santo Tomás
Santo Tomás
Diego Velázquez, 1618 – 1620
Óleo sobre lienzo • Barroco
95 cm × 73 cm
Museo de Bellas Artes de Orleans, Orleáns, Francia
El apóstol Santo Tomás
del Museo de Bellas Artes de Orleans es un óleo atribuido a Velázquez,
perteneciente a su primera etapa y pintado en Sevilla entre 1618 y 1620.
En el Museo de Orleans al menos desde 1843, donde se atribuía a Murillo,
en 1925 Manuel Gómez-Moreno lo publicó como obra de Velázquez
y en relación con el San Pablo del Museo Nacional de Arte de Cataluña,
con una inscripción semejante en la parte superior, como restos de
un posible apostolado al que también podría haber pertenecido
la Cabeza de apóstol del Museo del Prado. Aunque no haya sido posible
establecer una relación directa con este cuadro, del que se ignora
la procedencia hasta su incorporación al museo, se han recordado a
este respecto una serie de apóstoles mencionados por Antonio Ponz
en su Viaje de España de 1772, localizados en una pieza contigua a
la celda prioral de la Cartuja de las Cuevas en Sevilla, donde se atribuían
al pintor.
Santo Tomás aparece de riguroso perfil, lo que dificulta
la posibilidad apuntada de que hubiese formado serie con el San Pablo de
Barcelona en posición casi frontal, envuelto en un pesado manto castaño
anaranjado surcado por profundos pliegues. Julián Gállego destacó
la calidad de las manos, estudiadas del natural, con las que sujeta en la
derecha un libro abierto encuadernado en pergamino y en la izquierda una
pica o lanza que lleva al hombro. El modelo es el mismo del San Juan en Patmos
y quizá el del estudio de Cabeza de perfil del Museo del Hermitage
que aparece en los almuerzos de San Petersburgo y Budapest: joven, con barba
incipiente y pómulos marcados, si acaso más consumido aquí
para subrayar el carácter ascético. La iluminación intensa,
dirigida desde la izquierda, ha llevado a que se recuerde con frecuencia
a propósito de este cuadro el naturalismo caravaggista y su sistema
de iluminación tenebrista.
Su identificación como el apóstol santo Tomás,
habitualmente representado con una escuadra, es posible además de
por la inscripción que lleva en la parte superior («S. TOMAS.»),
por la pica, atributo no infrecuente y del que se vale también El
Greco en alguno de sus apostolados, ya sea la lanza de Longinos, evocando
de este modo sus dudas sobre la Resurrección de Jesús resueltas
al meter su mano en el costado de Cristo, o el atributo de su martirio, pues
según san Isidoro murió alanceado.
Página Principal
(Samuel Miranda)