BEATA VICTORIA VALVERDE GONZALEZ
1937 d.C.
13 de enero

Beata Victoria Valverde Gonzalez

   Francisca Inés Valverde González nació el 20 de abril de 1888 en Vicálvaro, Madrid (España). Era una mujer de vida sencilla, muy delicada de salud, cuya preocupación constante era servir a con diligencia y caridad a quien de su ayuda necesitase. De ella se dice que nunca tuvo enemigos dada su suavidad de trato, su dulzura y caridad con todos; su vida era sencilla y sin ruidos.

   Ya como religiosa del Pío Instituto Calasanzio de la Divina Pastora llega a Martos (Jaén) en 1917 con el fin de realizar una fundación. En 1922 es nombrada Superiora de la casa, siendo trasladada poco después a Sanlúcar para regresar a Martos como Superiora en 1931.

   Iniciada la Guerra, las Religiosas abandonan el colegio y se esconden en casas de amigos en el mismo Martos. La preocupación de la M. Victoria son sus Hermanas y no piensa abandonar Martos hasta que la última de las Religiosas Calasancias lo haga.

   Obligada, junto con las últimas Hermanas que quedaban en el convento, a abandonarlo fueron testigos de como los milicianos invadieron la casa entera y profanando los objetos religiosos que encontraban a su paso: arrojaron un hermoso crucifijo que hicieron pedazos y sacaron otras imágenes para destruirlas, por ejemplo a la de la Divina Pastora después de romperla en varias partes la tiraron a un pilón que había en la fuente de la Plaza Fuente Nueva (que era la del convento) y a la imagen del Niño Jesús la ataron por el cuello y la llevaron arrastrando por varias calles hasta que se hizo pedazos. Previamente las hermanas habían ya consumido las formas sacramentales que había en la capilla evitando así el sacrilegio.

   Así permanecerá hasta el 12 de enero de 1937, a altas horas de la noche, es capturada por los milicianos republicanos. Interrogada por el paradero de sus Hermanas, responde: “Mis hijas no han hecho nada, soy yo la responsable de todas y la que debo sufrir lo que a ellas les quieran hacer”.

   Pasa esa noche en oración junto a las Superioras de los monasterios de Trinitarias (Beata Francisca de la Encarnación) y Clarisas (Isabel de San Rafael). En la madrugada del 13 de enero son conducidas junto a cincuenta detenidos a las cercanías de Las Casillas. Fusilado aquel grupo, mandan a las Religiosas que entren en el cementerio. Temiendo intenten forzarlas para abusar de ellas, Madre Victoria se aferra a la verja de la puerta del cementerio. Allí comienzan a dispararla, entregando su vida a su amado Jesús.

   Uno de sus verdugos quiso quitarle el anillo de profesión perpetua que tenía puesto y no pudiendo hacerlo porque el cadáver tenía las manos hinchadas por lo que para llevar a cabo aquel robo le cortaron el dedo. El anillo luego fue recuperado y es una de las reliquias guardadas por el Instituto.

   S.S. Benedicto XVI firmó el 28 de junio de 2012 el decreto con el cual se reconoce el martirio de la Sierva de Dios Victoria de Jesús, lo cual permitirá su próxima beatificación que se realizará, Dios mediante, el 13 de octubre de 2013.
 
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(Samuel Miranda)