En
Barbastro en la provincia de Huesca en Aragón (España), beatos
Sebastián Calvo Martínez, sacerdote y cinco compañeros,
mártires, que, religiosos de la Congregación de los Misioneros
del Corazón Inmaculado de María, en la misma persecución
llevaron hasta el final el glorioso combate.
Wenceslao María Claris nació en Olost de Lluçanés
(Barcelona), en el seno de una familia de labradores acomodados en 1907.
Ingresó en el seminario diocesano de Vich en 1922. Se destacó
por su inteligencia y capacidad de estudio; sufría de tartamudez,
y fue el objeto de las bromas de sus compañeros, pero él con
su simpatía consiguió ganárselos. En 1927 profesó
como claretiano. Comenzó los estudios de teología y se ordenó
de subdiácono, pero como enfermó, él mismo solicitó
quedar como hermano coadjutor. Estuvo destinado en Barcelona y Alagón.
Era subdiácono cuando fue trasladado a Barbastro como profesor. Los
que le trataron afirman que no dejaba traslucir las amarguras interiores
por las que tuvo que pasar.