Como misionero estuvo principalmente dedicado a la formación del
clero indígena y al fomento de la cultura católica a
través de numerosas publicaciones. Con este fin fundó en
1924 el movimiento de la “Liga
de Conversiones”. En vida lo llamaron “refugio de pecadores”
por su gran caridad hacia todos los menesterosos y su infatigable
entrega al ministerio de la reconciliación sacramental. El 23 de
mayo de 1957, a las tres y media de la
madrugada, fallece en Alwaye. Sus restos descansan junto con los del P.
Aureliano del Santísimo Sacramento en el monasterio de la Inmaculada Concepción de Manjummel. El 27 de enero de 2014 el Santo
Padre Francisco aprobó el decretó
sobre las virtudes heroicas del
Padre Zacarías.
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(Samuel Miranda)