BONIFACIO VIII
1294-1303 d.C.


   De nombre Benedetto Gaetani, era miembro de una noble familia de origen catalán establecida en Ialia, estudió en Todi, Bolonia y París especializándose en Derecho Canónico tras lo que inició su carrera eclesiástica como canónigo en varias sedes episcopales hasta que Martín IV lo nombró cardenal diácono de San Nicolás, cargo que ocupó hasta que, en 1291, Nicolás IV lo hizo cardenal presbítero de San Silveste y San Martín, dignidad que ocupaba cuando fue elegido Papa el 24 de diciembre de 1294 tras la renuncia de Celestino V que el mismo alentó.

   Su primer acto como pontífice, temeroso de que tras la figura del dimisionario Celestino V se iniciase un cisma en la Iglesia, fue ordenar su encarcelamiento en el castillo de Fumore, propiedad de su familia, donde permanecería hasta su muerte.

   Inmediatamente intervino en el problema siciliano que, desde los sucesos de 1282 conocidos como vísperas sicilianas, enfrentaba a Reino de Nápoles con el Reino de Aragón.

   Bonifació logró que Jaime II de Aragón firmase, en 1296, la Paz de Anagni por la que este renunciaba a cualquier derecho sobre Sicilia a cambio de los feudos de Córcega y Cerdeña.

   Pero los sicilianos se rebelaron contra un acuerdo que suponía el retorno de la dinastía Anjou, y nombraron rey al hermano de Jaime II, Federico II que había ejercido hasta ese momento el cargo de gobernador de la isla. El Papa asumió este primer fracaso político coronando a Federico.

   Pero el hecho más significativo de su pontificado será su enfrentamiento con Felipe IV de Francia.

   El enfrentamiento se inicia cuando el rey francés, necesitado de recursos económicos por la guerra que mantenía con Inglaterra, pretendió hacer tributar a la Iglesia francesa.

   El Papa responde emitiendo, el 25 de febrero de 1296, la bula Clericis laicos por la que prohibía el cobro de tasas al clero por parte de los poderes políticos sin el consentimiento papal. Esta bula fue ignorada por Felipe quien contestó emitiendo una serie de edictos por los que se prohibía, tanto a laicos como a eclesiásticos, la exportación de productos a Roma, obligando a Bonifacio a firmar una acuerdo por el que reconocía al rey francés la potestad de fijar tributos al clero en casos de extrema necesidad y sin contar con una autorización previa del pontífice.

   El entendimiento entre Bonifacio y Felipe fue muy breve, ya que en 1301 se produjó un nuevo choque cuando el Papa creó el nuevo obispado de Pamiers, en el sur de Francia, colocando en él a Bernardo de Saisset. Felipe incomodo con el designado lo acusó de alta traición y lo encarceló.

   Bonifacio emite entonces la ula Ausculta fili en la que convoca a Felipe y al espiscopado francés a un concilio a celebrar en Roma, el 1 de noviembre de 1302, con el fin de definir de una manera definitiva la relación entre el poder temporal y la Iglesia.

   El rey prohibió la asistencia al concilio, que no obstante se celebró sin la asistencia de los franceses, y dio lugar a la publicación, el 18 de noviembre de 1302, de la bula Unam sanctam en la que exponía la doctrina de un sistema jerárquico con supremacía pontificia afirmando, en la misma línea que sus predecesores Gregorio VII e Inocencio III, que:

   «...existen dos gobiernos, el espiritual y el temporal, y ambos pertenecen a la Iglesia. El uno está en la mano del Papa y el otro en la mano de los reyes; pero los reyes no pueden hacer uso de él más que por la Iglesia, según la orden y con el permiso del Papa. Si el poder temporal se tuerce, debe ser enderezado por el poder espiritual (...) Así pues, declaramos, decimos, decidimos y pronunciamos que es de absoluta necesidad para salvarse, que toda criatura humana esté sometida al pontífice romano».

   La reacción de Felipe IV fue la convocatoria, el 12 de marzo de 1303 de una asamblea en el Louvre en la que, tras acusar a Bonifacio VIII de herejía y simonía, se decidió su procesamiento, encargando al consejero Guillermo de Nogaret su captura y traslado a París.

   Cuando el Papa recibe la noticia de las intenciones de Felipe, prepara una nueva bula de excomunión, la Supra Petri solio que no tiene tiempo de promulgar ya que el 7 de septiembre de 1303 tuvo lugar el incidente conocido como "atentado de Anagni".

   Guillermo de Nogaret, que se encontraba en Italia con la intención de apresar al Papa, junto con Sciarra Colonna, enemigo acerrimo de Bonifacio, contando con el apoyo de la alta burguesía de Anagni y de parte del Colegio cardenalicio; asaltaron el palacío pontificio de Agnani donde se encontraba el Papa por ser su residencia veraniega .

   Bonifacio VIII esperó a sus agresores sentado en un trono y revestido de todos las vestimentas de su rango y los atributos de poder. En tal circunstancia, Sciarra Colonna, abofeteó al Papa tras amenazarlo con la muerte.

   Durante tres dias quedó en manos de los conjurados sufriendo todo tipo de injurias, incluidas las de tipo físico, hasta que el pueblo de Anagni se sublevó en su defensa obligando a sus captores a liberarle y huir de la ciudad.

   Conducido a Roma, murió un mes después, el 11 de cotubre de 1303, sin haber podido cobrar desquite por estos acontecimientos.

   El atentado de Anagni, culmen de la impotencia de Bonifacio VIII para hacer frente a Felipe el Hermoso, inauguraba el siglo XIV para la Iglesia, en el que ésta quedó a merced de los reyes franceses, lo que provocó el traslado del papado a Aviñón.

  Su pontificado representa el fin de la pretensión de dominio universal de la Iglesia Católica frente a los poderes monárquicos de las nacientes naciones de Europa.

  Si el pontificado de Bonifacio VIII puede considerarse un fracaso desde el punto de vista político, tuvo en otras facetas del mismo actuaciones destacadas como el establecimiento, en 1300 del primer año jubilar o la publicación, en 1298 del Liber sextus, una recopilación de textos legales eclesiásticos.


Documentos pontificios:

-Bula Unam Sanctam  (18 de noviembre de 1302)

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Papa Bonifacio VIII




Papa Bonifacio VIII, hecho prisionero


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(Samuel Miranda)