La gloriosa muerte de Santa
María Magdalena, en Marsella, de la cual lazó el Señor
siete demonios, y fue la primera que mereció verle resucitado.
Es una de las santas mujeres que
seguían y atendían a Jesús y al grupo de los Doce, y
a las que no siempre es fácil distinguir e identificar. Según
la tradición, había nacido en Magdala, junto al lago de Tiberíades,
y, abandonada su vida de pecado, había seguido a Cristo. El Evangelio
de San Juan nos dice que en el calvario, junto a la cruz de Jesús
estaba, con su Madre y otras mujeres, María Magdalena. También
nos dicen los Evangelios que la mañana del domingo de Resurrección
fue María al sepulcro y, cuando lloraba al verlo vacío, se
le apareció Jesús, quien le encargó que fuera a anunciar
a sus discípulos lo que había visto.
Oraciones
a Santa María Magdalena